En DBF Audifor, nos dedicamos a la auditoría de cuentas como actividad principal, que tiene por objeto lo que define la propia Ley 22/2015, de 20 de julio, de Auditoría de Cuentas (LAC).
Una auditoría de cuentas es un proceso en el cual un auditor revisa y verifica los estados financieros (balance, pérdidas y ganancias/cuenta de resultado, estados de flujo de efectivo, estado de cambios en el patrimonio neto y memoria) de una empresa para asegurar que reflejan de manera precisa y confiable su situación financiera. Este proceso se realiza siguiendo el marco normativo aplicable, y el objetivo es emitir un informe que certifique la fiabilidad de esos documentos, lo que es crucial para la transparencia y la toma de decisiones informadas por parte de terceros.
Están obligadas a auditar sus cuentas las entidades que reciban subvenciones o hayan contratado con la Administración Pública por más de 600.000 euros anuales. Además, según la Ley 14/2013 de apoyo a los emprendedores, también deben auditarse las empresas que superen ciertos límites financieros: un activo total de más de cuatro millones de euros, un volumen de negocios superior a ocho millones de euros, o que empleen a más de cincuenta trabajadores en promedio durante el ejercicio. Si una empresa cumple al menos dos de estos criterios durante dos años consecutivos, está obligada a auditar sus cuentas.